El niño que sólo podía sonreir


El gnomo más anciano de la aldea tiene como único pasatiempo contar interminables historias a todos los gnomos más jóvenes. Su lugar preferido es el árbol de la copa más grande, porque allí siempre encuentra gnomos que están demasiado cansados como para alejarse de él antes de que empiece la historia. La razón es muy simple: Ese árbol es el único árbol que da mucha sombra cuando los gnomos mineros salen de las excavaciones de gomitas. Cada vez que termina el turno de la mañana y llega el momento del almuerzo, los gnomos se trasladan bajo el árbol huyendo de sus gomosas, chiclosas, estirosas y azucarosas pesadillas… y bueno… ver cada día cientos de gomitas que dejan las manos trabajadoras pegajosas, hace que no queramos verlas ni en figuritas…

La cuestión es que un día especialmente caluroso de verano, en el recreo del almuerzo, empecé mi camino hacia el precioso árbol preparando mis oídos para la historia que ineludiblemente vendría muy pronto… y rogando que fuera una nueva, para variar. Cuando llegué al árbol, el anciano no tardó en comenzar su historia. Hoy yo la comparto con ustedes para que conozcan a este niño tan particular. Tal vez alguno se sienta identificado, no sé. Lo que sí sé es que en algún momento de la charla yo empecé a dormitar, por lo que tal vez esté un poco cambiada, pero seguro que eso finalmente la hace un poco más llevadera.

Disfrútenla…. Prometo que yo sólo la contaré una vez.

Saludos,
Martillo

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4 comentarios:

Vinagre dijo...

Brillante relato, Martillo. Esa clase de historias sólo puede existir en el inmenso mundo que representa un gnomo a la hora de la siesta.
Cuentan que así nacieron las fábulas más célebres de todos los tiempos. Algunos sostienen, incluso, que Esopo era en realidad un gnomo...

Gengibre dijo...

claro que era un gnomo! ese maldito esopo se robò mis medias rayadas con motivo navideño.
no hay nada màs sabroso que hacer licor de sombrero de gnomo...las minas de gomitas le dan un sabor muy particular....

Erizo dijo...

ese maldito isopo quedó averiado entre mis pinchos... excelente historia martillo

Oz Vega dijo...

Esos dibujos me parecen familiares... una amiga Osa dibuja exactamente igual...
la Osa amorosa Ama Paint!